Cerámica:
El origen de la Arcilla está unido a la humanidad desde sus comienzos.
El Hombre observo que la tierra con el agua se unían formando algo homogéneo que lo utilizo primero para cubrir sus viviendas.
Experimentando descubrió que al aplicar el calor del fuego hacía que esta noble materia adquiriera dureza, naciendo así el Alfarero y la conexión íntima con los elementos de la naturaleza: tierra, agua, aire y fuego.
Aprendió a crear formas para utilizarlas como contenedoras: de líquidos, alimentos, urnas funerarias, uniendo lo cotidiano con lo sagrado. Se comienza de esta forma, el desarrollo de la Cerámica , creando y experimentando a lo largo de la Historia sus distintas posibilidades: utilitarias, decorativas y como forma de expresión cultural de cada pueblo.